1.  POSTURA ENRAIZAMIENTO  Y RELAJACIÓN.

Nos sentamos cómodamente, la planta de los pies esté en contacto con la tierra. Las  manos apoyadas en el regazo.  Dejando que  la pelvis encuentre su apoyo en los isquiones. Vamos dejando que la espalda encuentre naturalmente su espacio  en  la vertical, los hombros relajados, las cervicales , la cabeza y los brazos sueltos dejando que se alinee la cabeza naturalmente  con el tórax y pelvis. Dejando que  el  peso del cuerpo nos ayude a sentir ese lugar de apoyo y  descanso sin esfuerzo.

Permitimos que la respiración sea más profunda, cerramos los ojos. Dejamos pasar nuestros pensamientos mientras nuestra atención se va posando poco a poco, descendiendo, si nos encontramos con alguna tensión, la invitamos a que nos acompañe para llevarla a la tierra , dejando salir hacia las piernas, rodillas, tobillos y planta de los pies.

2. CONEXIÓN TALÓN-COXIS CENTRO DE LA TIERRA

Llevamos nuestra atención hacia los talones y  al coxis y desde ahí imaginamos, o nos dejamos sentir unas raíces que bajan potentes hacia la tierra,  con cada exhalación las raíces bajan más y más, dejando caer  toda la tensión desde los ojos, el cuello, la nuca, la tierra va absorbiendo nuestras tensiones  entrando hasta llegar al centro de la tierra.

3. DESCANSO EN EL CENTRO DE LA TIERRA- MADRE TIERRA

Nos dejamos descansar en la confianza en el centro de la Tierra, en ese campo energético que protege a todo el planeta.  Cómo es este encuentro con el corazón de la madre Tierra.

4. ENERGÍAS ASCENDENTE DE LA TIERRA / DESCENDENTE DESDE EL CIELO.

Desde ese lugar nuestras raíces siguen conectadas a la Tierra y al inhalar vamos sintiendo o imaginando como desde nuestras raíces absorbemos esa fuerza que va ascendiendo y va entrando por la planta de los pies, tobillos, piernas, rodillas, muslos y al entrar en la pelvis se hace más potente, continúa subiendo por la columna, por todos los órganos internos, atravesando el  diafragma, llegando al pecho, a los hombros, los brazos, codos, antebrazos y manos, que se van llenando de energía.

Vamos dejando que esta energía inunde nuestra fuente vital y desde el pecho siga subiendo por el cuello hacia la cabeza, nutriendo nuestros ojos,  nuestro cerebro y que salga por la parte alta de la cabeza como un chorro que va hacia el Cielo,  como un surtidor que se conecta ahora con el corazón del universo.

Permitiendo que  la cabeza respire con la Vida que viene del Cielo, nos abrimos a recibir, dejándonos nutrir, descendiendo hacia nuestro pecho, bajando por todo el cuerpo entrando hacia la tierra.

Nos tomamos un momento para sentir nuestro lugar , entre esas dos corrientes de amor de la Tierra al Cielo, del Cielo a la Tierra sintiendo nuestro lugar, sostenido por ese amor.

4. CONEXIÓN CON EL CORAZÓN Y EL PERICARDIO.

Llevamos nuestra atención al pecho,  ese lugar de unión entre el Cielo y la Tierra, entre el adentro y el afuera, donde también sentimos el amor, contemplando ese espacio sagrado donde danza la vida. Llevamos  la atención ahora a la membrana que recubre nuestro corazón protegiéndola : el Pericardio.

  • POSICIÓN MANOS CENTRO DEL PECHO Y ATENCIÓN AL PERICARDIO
  • DEJAMOS SENTIR LA EMOCIÓN QUE LATE EN EL CORAZÓN

Colocamos nuestra mano derecha en el centro del pecho y la izquierda cruzándola por encima, y ahí saludamos al Pericardio y le decimos: «permíteme sentir el movimiento de vida que hay en ti».

Dejamos nuestras manos como si fueran corchos  flotando en el agua, permitiendo el contacto con este lugar y a la vez dejando que se muevan suavemente siguiendo el movimiento, hasta el máximo de su amplitud, podemos preguntarle ¿cuál es tu emoción? y vamos a dejar que las manos vayan suavemente desde esa escucha de lo que necesita,  acompañándolo.

  • CONEXIÓN CON  LA FUERZA DE VIDA QUE EMANA DEL CORAZÓN
  • SOSTÉN DE ESE IMPULSO EN EL DIAFRAGMA, PELVIS
  • VIDA DEL CORAZÓN QUE ABRAZA TODO MI SER, COMO ALAS QUE ACOGEN

Puede que haya un momento que sintamos que algo respira algo más profundo, que se genera más espacio, contemplamos cualquier cambio en su movimiento. Agradecemos a nuestro Pericardio por mostrarnos su movimiento de Vida. En la medida que se flexibiliza, es posible que nos permita sentir un poco más la fuerza de Vida que emana del Ser de nuestro corazón, que tiene su propia inteligencia.

Sentimos el apoyo de este impulso de vida en el diafragma, que como una mano suave  va ayudando a conectar la energía que pulsa entre el Cielo y la Tierra, entre nuestra vida instintiva y la vida celestial, para recibirla en esta copa, el lugar de nuestra humanidad.

Agradecemos a nuestro corazón cada latido que nos lleva a la vida, nos permite sentir, amar, expresarnos, crear, abrazar. Desde ahí como  alas que surgen del corazón, dejamos que su campo energético abrace a todo lo que Soy, a la mente, a cada célula, a todos los yoes y todas las edades.

IRRADIACIÓN HACIA LAS PERSONAS QUE AMO, LA VIDA, MI BARRIO, MI CIUDAD, TODA LA VIDA EN TODOS LOS SERES Y LUGARES.

Dejamos que irradie como una ola expansiva llegando a nuestros seres queridos, y poco a poco  extendiéndose  más allá a nuestro barrio, nuestro pueblo, nuestra ciudad y nuestro país,  a todo el continente, llegando a todo el planeta y dejamos que siga expandiéndose como una luz hacia todo el universo .

Recibimos este hermoso regalo: la vida, que estamos cada vez más descubriendo y aprendiendo a amar en este instante, con la ayuda de todos los seres humanos, de todas las criaturas de la naturaleza que nos sirven de espejo, reflejos de vida,  gracias, gracias , gracias. Nos dejamos descansar ahí en ese espacio del corazón.

VUELTA HACIA EL CENTRO DE MI CORAZON. ESTE TESORO DEL AMOR DE MI CORAZÓN, LA CAPACIDAD DE AMAR.

Volvemos desde toda esa expansión llevando la atención al lugar desde donde surge en el cuerpo, la sensación de la presencia del amor en nuestro corazón.

Podemos cuidarlo prestándole atención, permitiéndonos sentir, contemplando con amor, escuchándolo y acompañándolo.

Ahora respiramos profundamente y dejamos que nos abracen las alas del corazón y vamos abriendo los ojos.

Esta práctica surge con amor de la colaboración de Nieves Alfaro y Mª Sol Román.

Está inspirada en el trabajo sobre de liberación del Pericardio de Montserrat Gascón (*)  recibido a través de Miren Arzak.

*¡Viva el Pericardio libre! Montserrat Gascón .Ed. Anayawaka 2018