Nuestra querida Lidia García, a quien despedimos el pasado 28 de abril, ha dejado tras de sí un rastro de amor de una presencia sublime, que se despliega en formas exquisitas –a veces llega traducida en palabras su belleza y su verdad,  trayendo al presente memorias hermosas y recuerdos imborrables, como esta carta que le dedica la directiva y formadora de Río Abierto Graciela Andaluz, o el escrito a continuación de Armando García Núñez, compañero tanto en la dirección como en la tarea docente de la formación, amb@s cofundadores/as de la institución Río Abierto España, junto a Lidia García.

LIDIA querida, hermana, amiga, compañera de nuestro querido Equipo de Espacio Movimiento

–ahora Río Abierto— que nos brindó  tantos encuentros  durante años.

Te imagino entre los angelitos, rodeada de LUZ y AMOR, ya sin la lucha con los miedos y dolores del cuerpo y, tal vez, conociendo y comprendiendo mucho más de este Universo que aquí habitamos con poca conciencia.

Contigo también  compartimos el camino de búsqueda, tratando de despertarnos y aumentar nuestra conciencia.

Te conocí en aquel -para mí- lejano caserío, hace muchos años, haciendo  un trabajo con Graciela Figueroa. Entraste con tu cuerpo apolíneo y tu presencia especial, llena de sabiduría…

Me enseñaste tanto, conocías y usabas los sistemas florales, Bach, California; Australiano, y quizás otros y me compartiste mucho de lo que sabías y de las fuentes dónde yo podía aumentar mis conocimientos del tema. Aún hoy uso las flores y estás ahí ,conmigo, en los frasquitos…

Tu relación con los animales y las plantas me enseñaba todo el tiempo por irradiación, viéndote actuar con los tres reinos yo  me sorprendía y pude ir poniendo algo más de amor  y respeto a esos seres con los que me costaba relacionarme en aquella época mía.

MUCHAS GRACIAS LIDIA por  todo lo compartido, las charlas y los silencios, los movimientos y la quietud y lo más importante para mí: el abrir nuestros corazones entre nosotros y con todas las personas  que durante todos estos años se han nutrido y se han entregado en cada encuentro , con nosotros y con ellos creando esta gran familia de almas.

GRACIAS por haber estado en mi vida, y seguimos en el camino… (GRACIELA ANDALUZ FARAONE)

 

Lidia nos/me entregó muchísimo.
La conocí en un curso en Babia con Graciela Figueroa en 1990 y desde entonces continuamos la amistad y el trabajo formando parte del equipo cofundador de Río Abierto en España, con la extraordinaria dirección de Graciela, nuestra maestra común.
Compartimos muchas reuniones, bailes, comidas, infusiones, silencios…
Impartimos talleres, discutíamos de lo divino, humano y de lo científico, una memorable fue si las arañas caseras de patas largas y cuerpo sutil eran las autenticas “tejenarias” o no, todavía no había entonces los teléfonos inteligentes que nos ayudarán en el momento y nuestros compañer@s se reían, y se reían sin parar.
Como terapeuta era sagaz en percibir el punto ciego de las personas y al intervenir era cuidadosa y directa. Aprendí mucho.
Era enorme su amor por plantas y animales. Durante la enfermedad una de mis formas de acompañarla desde Madrid era envíarle fotos de las flores que veía. Siempre lo agradeció.
La última vez que nos abrazamos fue en el aeropuerto de Bilbao al que me llevó, después de haber dado un taller de la formación de Río Abierto, y haber podido conocer su Casa.
Su flor continua exhalando el perfume eterno del amor- sabiduría.
GRACIAS QUERIDA LIDIA!                                                                (ARMANDO GARCÍA NÚÑEZ)