A la gratitud que de forma personal tantos de nosotros sentimos hacia el maestro Claudio Naranjo, sumamos la que como institución le rendimos, al deberle el acierto de que invitara a Graciela Figueroa a viajar a España, para colaborar en uno de los SAT, allá por los años 80. De aquella siembra y por un enriquecedor camino, nos constituímos en su momento como escuela Río Abierto España y bajo su dirección.

El fallecimiento de Claudio Naranjo el pasado 12 de julio, en su casa de Berkeley a los 87 años ha dejado a su paso un reguero de gratitud por sus enseñanzas eternas que tocan muy directamente a gran parte de los miembros del equipo de Río Abierto, pioneros en los SAT. De ellos, dejan aquí sus testimonios Armando García Núñez, Alicia Gonzálvez y Marisol Román.

Claudio Naranjo, Maestro, has tenido una influencia crucial en mi vida. (Armando García Núñez)

Te conocí en 1989. Fue en un Protoanalisis de varios días que diste en Madrid, durante tres años consecutivos y que organizaba CIPARH , donde cursaba  la formación de gestalt, que entonces impartía la Asociación Española de Terapia Gestalt.
El primer año me gustó como me abrías mental y emocionalmente al mapa del eneagrama, pero fue en el tercer año de aquel curso donde  el profundo conocimiento, aceptación y compasión que tenías de todos los participantes, me traspasó el corazón  y me mostró tu maestría.
A Graciela Figueroa, colaboradora tuya en los SAT, la conocí un año más tarde, y fue otro rayo que apareció en mi vida , y que desde entonces se convirtió también en mi Maestra. (Marisol Román, Alicia Gonzálvez, Carmen Martin, Lidia García y Graciela Andaluz estuvieron en esos SAT fundacionales)
En el congreso del hombre de Toledo de 1991, conocí a Maria Adela Palcos y después de un trabajo que hice contigo me llegó la inspiración para el viaje que emprendimos mi pareja de entonces, Marínela Gutiérrez, y yo, a los Ríos Abiertos de Brasil, Uruguay y Argentina, viaje que cambiaría mi vida.
Y en 1992 participé en un taller memorable sobre música en el conservatorio, que me introdujo en el conocimiento profundo de la música clásica que tenías.
Más tarde vendrían los distintos SAT, y congresos de Eneagrama, donde siempre sentí que tu trabajo enriquecía el trabajo de Río Abierto, a la vez que bebía de las mismas fuentes.
Más adelante me pediste que formara parte de tu equipo de colaboradores para el congreso internacional de Eneagrama en Washington, donde las distintas escuelas te reconocieron. Fue una sorpresa gozosa poder trabajar contigo.
Y llegaron otras invitaciones… primero colaborar con un taller de Rio Abierto enfocado en los tres amores (admirativo, compasivo e instintivo) en un simposio organizado en Madrid sobre las aportaciones diversas que trajiste al mundo de la psicoterapia y el crecimiento personal.
Y los encuentros de educadores con el trabajo de Río Abierto que calentaban literalmente las mañanas frías de Buitrago del Lozoya.
El año pasado me hiciste otros regalos que jamás olvidaré.
Participé en un SAT 7 en Brasil sobre caracteres realizados, y trabajé y presenté a Gandhi, un 6 conservación, que me cautivó desde la perspectiva de persona miedosa que pudo trascender su condicionamiento . Al despedirme de ti, apresuradamente pues mi avión de regreso partía, me dijiste de una forma tan entrañable que te habías alegrado de verme, que el viaje al aeropuerto fue conmovedor para mi. Me sentí visto, reconocido por ti y reparada la relación con la autoridad masculina.
En septiembre pasado fui al último SAT que ibas a impartir en España y enfermaste de repente, y no pudiste asistir físicamente, pero todos sentimos que tú espíritu estaba presente y nos dio alas para el trabajo. Y allí, sin saberlo previamente, me invitaron a que realizara el trabajo integrador de Rio Abierto por las mañanas.
Y el regalo para todos fue que el último día te conectaras por Skype para la meditación guiada.
Días más tarde, en el simposio de los caracteres realizados de Alemania, volví a hacer una presentación de Gandhi que gustó mucho porque me transformé en Él. Fue la creatividad sostenida que he aprendido en el trabajo de movimiento la que me hizo dar ese “saltito”.
Y los organizadores del congreso de Río Abierto en Uruguay, celebrado en octubre, me pidieron que llevara a Gandhi y allí fue…
Muchas Gracias, Claudio, por todo lo que nos has enseñado!
Valoraste mucho a Graciela, Maria Adela y el trabajo que hacemos. Tu Influencia llega a profesores y alumnos de Río Abierto.
Tu legado es inmenso y continua.
Si!
Armando García Núñez. Madrid a 31 de julio de 2019.
A Claudio Naranjo con agradecimiento por tanto. (Alicia Gonzálvez Campos)
Querido Claudio, hacía tiempo que no nos veíamos, aunque recientemente nos pudimos comunicar
a través de un amigo común unas semanas antes de tu partida a otra dimensión.
Te conocí en el año 87 en el SAT en BABIA, cuando formaba parte del equipo de JuanJosé Albert
en el I.P.E.T.G. de Alicante Al principio me pareciste un señor muy lejano al que me costaba
entender, poco a poco pude aligerar mi ruido mental y tu suave voz repleta de sabiduría fue
calando en mí. Por aquel entonces yo tenía 27 años y una juventud repleta de inocencia. Un día me
senté en tus rodillas, te acaricié la barba, pues para mi eras un sabio maestro que me inspiraba
confianza y te pregunté: ”¿Claudio,porqué la gente te teme?”, y me contestaste: ”por que necesitan
justificar su miedo a la libertad en una figura de poder que en este caso colocan en mi”…
Pude trabajar con él mi orgullo herido con mi padre y me dio unos consejos que realmente me dieron pié a tomar más mi libertad,aprendí por ejemplo que el orgullo no sirve para nada,y que levanta muros
entre las personas alejándolas entre sí.Así que tomé decisiones en base a esto que nunca habría
tomado.
Gracias, Claudio, por tenderme una mano sabia y amorosa que me hizo aparecer más en
este mundo. Son tantas las anécdotas, las vivencias y lo aprendido que son semillas de fiosofia
perenne que siguen floreciendo en mi y en tantos. Gracias,Claudio por tu presencia siempre viva y
por tus profundas y clasificadoras investigaciones y aportaciones a la consciencia de la
humanidad.Feliz VIDA.
Alicia Gonzálvez Campos. Elche,30 de Julio de 2019
Un lugar en el corazón: adiós  a Claudio Naranjo. Marisol Román
Contemplando el atardecer, dejando llegar su recuerdo, me quedo sin palabras, escuchando con ternura  una pincelada de dolor  en mi corazón .

En mi primer contacto con él, apenas tenía 26 años, acudí con mi madre a la charla sobre la música,que Antonio Asín, mi primer maestro, organizó en el IPETG, lo que allí me encontré merece otro capítulo en el próximo boletín. Desde el primer momento, la música de su voz me tocó en lo profundo, desde entonces siento ese vínculo más allá de las palabras, de lo que puedo explicar, cada vez que la escucho, algo que le habla a mi alma, como un recuerdo lejano y a la vez muy presente. Recuerdo que Claudio nos explicó el concepto de la palabra «persona», que así se llamaba a las máscaras griegas, y que significa «per-il suono» («por el sonido»). Muchas veces en la rueda de los encuentros, cuando alguien se resistía a intervenir, le decía  «quiero escuchar cómo  suena tu voz».

Lejos estaba de imaginar el lugar tan significativo que ha tenido Claudio en mi vida.

Participé en aquel ya legendario primer SAT en Babia, recién formada como terapeuta. Estaba en ese momento en que, cuanto más aprendía, más me daba cuenta de lo perdida que me había sentido toda mi vida, y la búsqueda de mí misma se iba trenzando con ese lugar de terapeuta que se iba construyendo en mi. Estaba en un momento como de adolescencia interior, necesitaba  referencias algo así como «cómo quiero ser cuando sea mayor «. Esto también tenía que ver con el nivel profesional, con encontrar mi propio camino de integración de mis grandes pasiones: el conocimiento del ser humano, el cuerpo, el movimiento, la danza, el misterioso proceso de transformación interior… Cuando conocí a Graciela Figueroa, a la que Claudio invitó dándole un lugar muy especial,  sentí que era ella, mi maestra.

Claudio tenía esa capacidad de crear, como en una sinfonía, un espacio en el que lo corporal, lo terapéutico y lo creativo se integraban en la profundidad de su visión de la espiritualidad; lograba integrar lo mejor de las escuelas de crecimiento, de los diversos enfoques del camino espiritual de Oriente y Occidente, en un todo armónico, dejando que sus colaboradores ,tod@s ell@s  grandes terapeutas, tomaran plenamente su lugar . Mi sensación era que las 100 personas que  formábamos ese gran grupo teníamos total confianza en él a todos los niveles posibles .

Recuerdo que el segundo año lo encontré más joven, me acerqué a saludarlo, y se lo dije, él bromeó con una sonrisa «si ,lleva tiempo rejuvenecer «.

En una ocasión recuerdo que me encargaron llevarle una infusión. Claudio habitaba en la torre ,una magnífica construcción de mármol blanco, algo apartada de todas las demás habitaciones, tímidamente toqué la puerta y él estaba descansando, abrió los ojos un momento y al mirarme dijo «¡lindo cristal!», para mí tenía un significado profundo ya que estaba trabajando la transparencia, como catalizadora de transformación .

Los SAT  fueron un periodo muy importante de mi vida, en ellos conocí al que fue mi esposo, José Miguel Doniz. L@s  dos estábamos entregad@s en el camino de transformación, fue muy importante para amb@s  seguir creciendo junt@s en ese entorno. Al tercer año Guillermo Borja nos sugirió que nos casáramos y pedimos a Claudio si era posible darle espacio a nuestra boda en el tercer SAT y así fue como tuvimos el gran regalo de ser acompañados el día 11 de agosto de 1987 por todo el grupo en una maravillosa ceremonia en que cada uno de los grandes maestros tuvo su lugar; una boda en la que se incluyeron los cuatro elementos. Antonio Asin y María López oficiaron de padrino y madrina; Ignacio Martín Poyo representaba la tierra; Guillermo Borja, maestro de ceremonias, el fuego, vestido de rojo con una casaca que Carolina Garcés le había cosido en esos días; Claudio representó al agua guiándonos como los planetas que giran uno entorno al otro y Graciela, nuestra Graciela, toda vestida de azul turquesa y blanco representó al aire danzando, acompañándonos con un tambor. Uno de los regalos de boda que el grupo nos hizo fue un hermoso sari de seda de 8 metros, de color violeta y fucsia, tan especial para mí que nunca lo utilicé para vestirme. Años más tarde se ha convertido en el manto con el que cada año  celebramos la ceremonia de graduación de las promociones de Río Abierto.

Para mí tod@s ell@s están presentes en mi. Este fin de curso, al celebrar el último encuentro de la XIV Promoción de nuestra formación de Río Abierto, sentí que cada uno de esos primeros talleres con Graciela estaba presentes  en ese momento, cada persona de aquel legendario SAT estaba en cada un@ de nuestr@s alumn@s.

Gracias, Claudio, por crear un espacio fértil en el que nuestros espejos fueron puliéndose para podernos ver cada vez más y mirarnos los un@s  a l@s  otr@s, gracias por traer a Graciela a nuestro país, ella traía en sus alas el legado de Río Abierto, y gracias a aquel primer grupo con Carmen Martín,Lidia García,Alicia Gonzalvez y yo, que seguimos a Graciela hasta el infinito y más allá.

Gracias Vida,por permitirme encontrar a mis Maestr@s.

Marisol Román, Bilbao 31 de julio de 2019

Cuatro días antes de su fallecimiento, el diario El País le había dedicado un artículo elocuente sobre su comprensión de la educación como asiento y vehículo de la transformación que el mundo pide.