Desplegar la capacidad para ver todas las posibilidades y escoger la mejor podría definir uno de los atributos de El Mago, el arcano número I del Tarot, que significa la totalidad, el Universo completo, el Creador, la chispa divina… Y, en cada cual, trae la asunción de la propia responsabilidad hacia la co-Creación -el alquimista disponible a su propia transformación como única vía para su propósito asombroso de convertir el plomo en oro.

No sé cuánto de eso está en mi mano, pero la magia de verme impartiendo un taller de Tarot y Movimiento en la Fundación por la Paz Graciela Figueroa, en Montevideo, y a continuación otro en la Fundación Río Abierto, en Buenos Aires, tuvo en mí un efecto definitivo, sin duda sobre todo gracias al trabajo y a la apertura de quienes asistieron, sendos grupos de 17 y 13 personas respectivamente, todas sin excepción enamoradas del desarrollo personal y del ser humano como matraz y sustancia de novedades inimaginables, según se iba revelando momento a momento….

Creo que la figura de «agente de transformación» que oí por primera vez en boca de Graciela Figueroa y que parece estar implícita en la formación Río Abierto, y por otro lado la compostura que permea en tod@s l@s terapeutas de la escuela gracias a Maria Adela Palcos, de trabajar en un plano de igualdad con el paciente, sin una pretendida superioridad, parecen ingredientes de sobra para asumir el permiso de que cada experiencia profesional de ayuda sanadora nos transforme, y para que la magia por ahí siga y siga…

Pero con todo, y con mi disposición y alegría a tratar de compartir en un fin de semana -16 horas en Montevideo y 10 en Buenos Aires– todo lo posible de lo que conozco de este oráculo sabio que es el Tarot, con todo eso, lo que realmente desencadenó la Magia con mayúsculas fue el compromiso y la flexibilidad despierta de los asistentes, en su mayoría habituales del trabajo psicocorporal, con una proporción grande de gente formada en Río Abierto, algo que nunca es necesario para el trabajo pero que en este caso facilitaba enormemente y abría nuevas dimensiones a las dinámicas, tanto en la forma como en el resultado, incluso en la interpretación de las cartas.

Después de haber soñado tantas veces con ese intento en lugares que tienen significado propio en mi corazón y en el de tantos compañer@s de este acertado camino vital y sanador que es Río Abierto, la realidad superó infinitamente cualquier fantasía, y en los dos casos trajo a la tierra realidades que me conmovían, me asombraban y que mostraban con más nitidez de lo que para mí era conocido, significados de los arquetipos, a través de expresiones, danzas, sentires y palabras que parecían construirse solas, como florecimientos exquisitos suma-y-sinergia de sensibilidades únicas.

Desde esta primavera ahora pletórica, me doy cuenta de que aquéllo sólo fue una puerta feliz como hacia la cosecha del otoño austral que acababa de entrar allí, y que lo importante vino después y sigue… Así es cuando la puerta está hecha de celebración, indagación, aprendizaje, disfrute y, en suma, de una vitalidad tan activadora y tan trascendente que se queda guardada en una memoria de las células vibrante y que no para de actualizarse, como una bendición continuada.

Y, en línea con este sistema en el que crezco y del que sigo bebiendo a través de tant@s maestr@s, sin duda fue una experiencia transpersonal para tod@s cuant@s estuvimos allí.

Ir sabiendo de la apertura hacia el estudio del Tarot por parte de un número significativo de participantes es el broche de oro que hace bueno todo el plomo con el que me ha tocado trabajar en mi vida.

(El tiempo nunca es suficiente cuando lo que se tiene entre manos es de la vastedad de este gigantesco y profundo oráculo, pero l@s participantes se aplicaron con tal hondura, entrega y honestidad que definitivamente se abrieron los entendimientos hacia un trabajo que sigue y sigue, según voy sabiendo desde este lado del mundo, tan lejos del Río de la Plata).

Me temo que no estoy tan dispuesta a transformarme como corresponde a los poderes de la varita mágica que me gustaría manejar -ni siquiera suelo ser capaz de ver más de dos posibilidades entre infinitas- pero por suerte la Vida se ocupa de casi todo: la cosa empezó cuando dije SI a ofrecer un taller en el precioso XI Congreso Internacional de Río Abierto unos meses atrás en Montevideo. Aquello trajo otra oportunidad sobre la marcha, inmediatamente después del taller, de decir que SI, cuando dos personas -dos hadas, que lo son- me reforzaron en mi sueño de organizar algo en la capital uruguaya. Ese SI trajo de forma natural otro SI hacia Buenos Aires. Luego todo se llenó de síes en todas las direcciones para que se diera no solo con facilidad sino con toda la fertilidad.

Decía que la vida -menos mal- se ocupa de desplegar lo que a mí no se me ocurre. Y entonces sólo hay que decir SI para que suceda lo indecible y el plomo se vuelva oro. Gracias de todo corazón. Sueño con volver.

Quizá la magia consista sólo en decir que SI a los sueños, da igual cómo de locos si son hermosos.

SI

Lola Bastos