Las dimensiones extraordinarias que cobra cada taller de la formación de Río Abierto, en función de las vivencias de sus participantes, se hace especialmente vistosa en los talleres residenciales como los celebrados en febrero, en el ecuador del curso, que este año han repartido reparación y disfrute, entre otros efectos inconmensurables.
Los talleres residenciales, desarrollados como estos años atrás en la acogedora Casa Toya, en el municipio aragonés de Aluenda (Zaragoza), y en los que se reunieron los alumnos de los grupos correspondientes de toda la geografía, tenían como línea temática «Etapas de la vida. Etapas del trabajo» en el primer curso, de la mano de Alicia Gonzálvez, de Río Abierto Elche y Armando García Núñez, de Espacio Río Abierto Madrid; el Centro Solar, dentro del recorrido de centros (chakras) del segundo curso de la formación a cargo de Betlem Casanova, de Espai Delta – Río Abierto Catalunya, y Norma Dipaola, de Espacio Río Abierto Madrid, y «Música y creatividad» para los de tercero, impartido por Sol Román, de Crisálida – Río Abierto Bilbao; Luisa Nuez, de Río Abierto Canarias. y Pedro González Rojas, de Espacio Río Abierto Madrid.
Por orden cronológico y en palabras de los instructores correspondientes, incluimos sendas reseñas de las preciosas vivencias a que dio lugar cada área temática, y que tuvieron en común la potencia de la interacción entre lo individual y lo grupal, así como la nutrición y la liberación, hacia una transformación sanadora y reparadora, por el camino del disfrute y de la conexión entre centros.
Sobre el primero de los talleres, dedicado a Müsica y creatividad el 8, 9 y 10 de febrero, Sol Román rescata las palabras de la fundadora de Río Abierto, María Adela Palcos, cuando se refirió al Congreso Internacional de Río Abierto como un buen instrumento que nos pide ser instrumentistas. Sol destaca el placer de dejarse llevar por por la música y su capacidad de transportarnos a otros mundos. Apelando a su experiencia personal desde niña, la instructora y fundadora de esta organización en España explica la sensación de identificar el cuerpo con un instrumento capaz de convertir en movimiento visible la emoción, la energía que le hacía vibrar con sus músicas favoritas, y recuerda que danzar libre sin patrones estéticos ni formas aprendidas, era uno de sus juegos favoritos.
Como coordinadora de grupos, Sol Román siente que en Rio Abierto está esa comunión entre cuerpos y música, este juego entre sentir y mover que es todo un arte, y confiesa que la conducción de la energía grupal, que incluye las intensas y a la vez sutiles corrientes de emoción, que hacen vibrar con todas las notas musicales es una experiencia que le conmueve cada vez, y que siempre es nueva. «Cada encuentro, apunta, es una experiencia única en que estamos creando una nueva realidad, los materiales son nuestras emociones, nuestra voz, nuestros cuerpos vivos desgranando melodías, ritmos y armonías, este material del que estamos hechos….pura música».
Por su parte, Luisa Nuez apunta que en esta forma de conexión y comunicación, la naturaleza musical despliega toda su fuerza curativa y su capacidad para con-mover: «surge el movimiento, la danza y el desplazamiento del cuerpo pulsando el efecto rítmico en nuestra naturalidad. El amor de la tierra, una nueva tierra nos da la bienvenida, nos acoge y sostiene».
Luisa Nuez reconoce en la experiencia como conductora hacia «ese otro misterio: la impresión y expresión de lo contado y cantado, sensaciones, emociones y sentimientos
melodiando hacia la humanidad nueva». Y apunta que «la libertad para consonar y disonar en unión hacia un nuevo equilibrio, armonía de vibraciones tocando el Ser total bajo el abrazo apreciativo del amor del cielo, apunta a un nuevo cielo». Como colofón de su apreciación del taller, Luisa nuez sentencia: «Pongo la acción al servicio de la voluntad del Ser y la naturaleza creativa pone a disposición su potencialidad, produciendo nueva vida, amor y luz».
Sobre el taller del centro Solar 15, 16 y 17 de febrero, Betlem Casanova apunta que el viaje comenzó contactando con las emociones emergentes y las subyacentes para, con coraje, visitar el miedo y quitarle los disfraces hasta verle la verdadera cara y hablarle desde el amor. Desde la voluntad y energía de transformación, el encuentro sirvió entre otros objetivos para romper inercias y poner en juego la libertad de elegir y la disciplina para potenciar nuestro verdadero poder: «el arte y la belleza de mostrarse cada persona, explica, nutrió el fuego del alma grupal».
En este taller dentro del recorrido de los centros de energía, se trabajaron las lineas de energía correspondientes, así como los movimientos, con masaje, con meditación y con asanas y dinámicas propias del centro. Los movimientos fueron de lo denso a lo sutil y de lo sutil a lo denso, jugando con las energías de liberación y las energías de manifestación y desde lo centrífugo a lo centrípeto y de lo centrípeto a lo centrífugo, según explica la directora de Río Abierto Catalunya, que expresa su deseo de que la transformación siga dando frutos.
Sobre el residencial correspondiente a Primero el 22 y 23 de febrero, referido a Etapas de la vida, etapas del trabajo (para una clase, para una sesión terapéutica, para un proceso grupal..), Armando García Núñez resalta que las personas quedaron muy satisfechas, considera que se produjo una transformación positiva en todos los participantes, y sintetiza las expresiones de la rueda final con las palabras reparación, cuidado y disfrute. El proceso continúa, apunta Armando García, quien expresa además su gratitud por la entrega, la confianza y la creatividad de los alumnos en formación.