Todo comenzó cuando una compañera de la formación de Gestalt, psicóloga en uno de los centros penitenciarios de Gran Canaria, me propuso impartir las sesiones de movimiento armónico para complementar la terapia grupal en la que algunos internos participan.

El objetivo es complementar la terapia grupal desde un enfoque psicocorporal, ayudar a los internos del Centro Penitenciario en la conexión y consciencia corporal, aflojar las corazas corporales y acompañarles en la búsqueda de recursos y herramientas que le sirvan para su crecimiento personal.

Los participantes a las sesiones de movimiento armónico son los hombres internos del Centro Penitenciario que participan en la terapia grupal y que normalmente tienen muy buen comportamiento y están interesados o comprometidos en su crecimiento personal.

Los beneficios que observamos es que al final de cada sesión y de manera general, los participantes han mejorado su bienestar físico y emocional y suelen identificar recursos y herramientas que se llevan para practicar a lo largo de la semana entre sesión y sesión.

Los recursos y herramientas que identifican son cosas tan sencillas como prestar atención a la respiración para respirar de manera consciente, escribir lo que sienten, el automasaje, estiramientos, ejercicios físicos, ponerse las manos sobre alguna parte del cuerpo que en ese momento esté necesitando contacto (autotoque), pintar, etc.

La aplicación de estas pequeñas herramientas o recursos la realizan en momentos complicados entre sesión y sesión para situaciones tan cotidianas como contener o liberar de una manera sana la ira, sostener la tristeza de una mala noticia o la ansiedad por la misma privación de libertad.

La organización de las sesiones de movimiento armónico consiste en sesiones grupales que imparto una vez a la semana a un grupo de entre 15 y 20 hombres. Normalmente establezco unos objetivos para cada sesión que luego adapto según las necesidades de las personas participantes en ese día.

Entre las temáticas que hemos trabajado durante el 2022 han estado la cohesión del grupo, el contacto – retirada, los límites, las polaridades, las etiquetas, los talentos, etc.

A mí personalmente me mueve muchísimo trabajar a nivel terapéutico con las personas privadas de libertad porque lo veo absolutamente necesario para contribuir en la mejora de su bienestar psicoemocional y porque si queremos que haya luego un proceso de reinserción en la sociedad que sea amable y sostenible es indispensable trabajar estos aspectos psicoemocionales, ampliar su nivel de consciencia y que identifiquen herramientas y recursos que puedan aplicar a su vida diaria.

Además de facilitadora de las sesiones de movimiento armónico en los centros penitenciarios de Gran Canaria, también las imparto para la población en general en dos lugares de Gran Canaria, Gáldar y Las Palmas,  y trabajo como terapeuta psicocorporal en consulta individual.
Mi enfoque de trabajo es desde lo psicocorporal con la Terapia Gestalt, la Terapia de Trauma (Somatic Experiencing) y las Constelaciones Familiares.

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Gran Canaria: presencial y online

 

Cristina Díaz García