A despertar, desarrollarse y disfrutar. Lo rescatamos de la última comunicación de Graciela Figueroa al hilo del próximo encuentro de egresados (2, 3 y 4 de marzo en La Casa Toya, Aluenda) a modo de mantra porque bien vale a lo que significa este mes de febrero que viene transcurriendo y que en el caso de la formación de Río Abierto es el que acoge los talleres residenciales, verdaderos hitos en este precioso recorrido.

Con el colofón a comienzos de marzo que supone el encuentro de titulados y certificados, hay tantas aventuras en La Casa Toya durante este frío mes en el que se dan la mano don carnaval y doña cuaresma y que cambia el año en el Zodiaco Chino, como alumnos pasan por allí en esta formación de terapia psicocorporal que es Río Abierto. De lo personal a lo grupal, pasando por la riqueza de las vivencias y vínculos que genera el intenso y activador programa en medio de la oportunidad de la convivencia.

En primero, este año a cargo de Armando García Núñez, las Etapas de la Vida/Etapas del Trabajo es una oportunidad para un recorrido único, con una atención especial a las fases y momentos más significativos del recorrido vital, por naturaleza críticos, siempre mullido con la música, el movimiento, los masajes y todo cuanto ayuda a transitar, comprender y sanar lo pendiente. Se trata en todo caso de activar el potencial (a veces dormido, triste o colapsado) en toda su plenitud, en toda su capacidad, para una vida más rica, más sana en todos los órdenes, más en contacto con el corazón, con el propósito, con el cuerpo, con el mundo de todos los días…

En el segundo curso, el taller residencial se refiere al Centro Solar, que este año ha ido de la mano de Mariano Castillo. El recorrido por los 7 chakras principales o centros de energía, que vertebra todo este segundo curso de la formación Río Abierto y concede a este centro solar, tan maltrecho tan frecuentemente, la oportunidad de esta dedicación extraordinaria hacia la gestión emocional y hacia el permiso del propio brillo interno.

En tercero, cuando se encamina el cierre de la formación y se están abordando las prácticas que luego habilitan a la conducción de grupos, este taller vivencial se dedica a Música y creatividad. Rodeado todo de nieve, Alicia Gonzálvez y Luisa Nuez han sido este año las formadoras encargadas de este área, imprescindible y enriquecedora en todos los aspectos del desarrollo del ser humano. Como dice nuestro querido Jorge Drexler en la canción que compuso inspirado en Río Abierto y que dio nombre a su disco, Bailar en la cueva, «ya hacíamos música muchísimo antes de conocer la agricultura».

Y como recogiendo y eclosionando lo anterior, el esperado encuentro anual de egresados, a primeros de marzo, cada año con un nuevo nivel de maduración. Cada vez más despiertos, en pleno desarrollo y disfrutando cada vez más -integrando cada vez más aquello de la voluntad-placer en cada cosa. Y también como un modo de activar y actualizar los profundos aprendizajes recibidos durante la formación, que a veces necesitan su propio tiempo para irse drenando de a poco. Los egresados del sistema, nos vemos en Aluenda los próximos 2, 3 y 4 de marzo. Aún hay sitio y aún hay tiempo.

Gracias, Graciela, nos quedamos con tu indicación: A despertar, desarrollarse y disfrutar.