Volver sobre uno de los talleres de la formación Río Abierto, cuando ya se ha cumplido el recorrido, resulta siempre un acierto: de un lado permite entrar en el marco teórico desde una nueva visión, siempre más amplia -o desde una necesidad más concreta- pero sobre todo porque la vivencia sucede en otro momento vital y el taller resulta ser siempre nuevo.
Así lo explica Marta Ayerbe, que se acercó recientemente al taller de tercer curso sobre Percepción e Intervención que facilitó Sol Román en Munay Río Abierto Madrid: por más recuerdos que hubiera, en cuanto empezó el taller todo entró en presente y lo anterior dejó de estar.
Allí acudió, después de ocho años, impulsada por su intención de actualizar conocimientos de cara a los grupos de movimiento y trabajo sobre sí que tiene intención de abrir, pero sus expectativas se vieron superadas enormemente, sobre todo en la parte vivencial, a través de las dinámicas con las que se recorrían en la práctica los contenidos teóricos que estructuran el taller.
Tanto era así, que su percepción era que las propuestas e indicaciones de Sol Román estaba dirigidas a ella personalmente –que así suele suceder cuando el formador está fluyendo en el presente y a la escucha de las necesidades emergentes del grupo.
Para Marta Ayerbe es además muy importante, en su proceso de desarrollo personal, conectar con el cuerpo, algo que está en la esencia de Río Abierto -cuidar el cuerpo, escuchar el corazón, desplegar el ser-, y especialmente porque ha experimentado en primera persona cómo la historia personal está alojada en la dimensión corporal y cómo desde ahí y con el trabajo con el movimiento se moviliza lo necesario, hacia una sanación que va alcanzando los diversos niveles del ser.
Según lo explica, una de las maravillas de la práctica de Río Abierto es poder conectar con las emociones que están en el interior a través del movimiento, y desde ahí el ser puede tomar espacio en la realidad y expresarse en la tierra, a través de ese momento irrepetible.
Siendo así, aunque el marco teórico del taller siga siendo el mismo, las propuesta vivenciales son otras, pero sobre todo, la persona es otra en ese preciso momento, así que el curso también resulta ser otro. Y es desde ese preciso momento desde donde se produce el impulso al crecimiento.
En esta ocasión, Marta reconoce como un punto de partida su confianza en la herramienta que es el sistema Río Abierto, y también reconoce la vivencia de confiar en el cuerpo y su sabiduría. También destaca, en relación con el contenido concreto y su vivencia, la conexión entre el mesodermo, ectodermo y endodermo, en la que incidió Sol, algo que vivió durante los bailes con una sensación preciosa de fluidez y libertad.
El propósito de «afinar el instrumento» que Marta traía, se dio desde el primer momento, con un ejercicio tan sencillo como respirar y conectar con ese espacio interior, y ahí algo ya se fue despertando del letargo y volviendo un poco a una memoria instalada durante la formación y que ahora renace muy rápido y con una nueva fuerza y recupera nuevos sentidos.
No sólo ha cumplido su objetivo con esta experiencia, es que además se ha encontrado con un grupo que se lo ha puesto muy fácil, por su acogida y por la relación que se ha generado en ese taller, que le ha permitido ponerse en juego hasta donde podía hacer bien. La sensación de hablar el mismo lenguaje y de estar en un espacio seguro para ponerse en juego le hicieron sentirse en casa.
A ello se suma la sensación de que Sol Román le estaba hablando a ella, y valora la sensibilidad de la formadora, en línea con su experiencia durante la formación, a la hora de dar respuesta a sus preguntas, de una forma que le hacen vibrar hacia su crecimiento «porque saben verte y saben escucharte», lo que trae consigo una capacidad para la acogida de lo que hay que lo determina todo.
Tras confirmar para sí que en Río Abierto está lo que ella busca y de confesar que se lleva «muchas tareas para casa», Marta Ayerbe concluye su testimonio destacando la riqueza de volver a encontrarse en estos talleres referentes tan inmensos y herramientas tan valiosas para el desarrollo de la vida en tantos aspectos.